Cubo de Necker

Cubo de Necker, no es un cubo propiamente dicho en el sentido de ser un cuerpo físico, sino que es la representación de un cubo sobre un medio bidimensional (papel o pantalla), en el que se pone de manifiesto la ambigüedad de la percepción humana, ya que según se desee se percibirán unas caras como delanteras o como traseras.

Su representación más simple es la de un cubo en perspectiva caballera sin reducción ni partes ocultas, es decir, dibújese un cuadrado y después otro igual pero desplazado respecto del primero en diagonal, unidos los vértices de ambos cuadrados se obtiene el cubo.

La figura del cubo de Necker es tal vez la más simple de muchas figuras cuya interpretación es ambigua debido a la falta de referencias sobre su profundidad real. Los distintos planos de profundidad pueden intercambiarse sin que la figura plana pierda coherencia en su interpretación tridimensional.

Esta “ambigüedad de profundidad” produce el efecto mental de cambio a voluntad, un “flip-flop” entre una interpretación y otra.

Sólo se puede escoger, mentalmente, una interpretación en cada instante, y no se puede mezclar ambas interpretaciones. Cuando cualquier pista, referencia o contexto (una sombra, por ejemplo) favorece una interpretación particular, resulta mucho más difícil otorgarle a la figura plana la otra interpretación alternativa.

El nombre proviene de Louis Albert Necker, estudioso de la cristalografía, que lo diseño en 1832.