Mediante un giro podemos convertir un plano oblicuo en uno proyectante. Un plano proyectante tiene la ventaja de que todos sus puntos están alineados en la traza que es oblicua a la línea de tierra por lo que está en una posición favorable para determinar intersecciones con otros planos, con cuerpos, con rectas o para calcular distancias del plano a un punto, así como determinar los ángulos que forma el plano con los planos de proyección.